Hace muchísimos años, la Humanidad casi fue exterminada por el dominio de los Titanes, seres de dimensiones gigantescas sin inteligencia alguna que devoraban a los hombres no por alimentación propia, sino por aniquilación. Los humanos que sobrevivieron a esta masacre construyeron un gran muro para defenderse de tan salvajes monstruosidades. Éste, de 50 metros de altura, se dividía en tres muros más los cuáles poseían distintos distritos en su interior: Muro Maria, Muro Rose y Muro Sina. En ellos habitaba la humanidad según su clase social, así como los menos privilegiados en la muralla más periférica, y en la central la nobleza y los adinerados.
Entraba el año 845. Tras 100 años de paz en el interior de estos muros, sonó inesperadamente una estruendosa explosión y entre una espesa capa de humo apareció el Titán Colosal, un gigante de 60 metros de altura que conseguía mirar por encima de la muralla y observar a los humanos de su interior. La gente, aterrorizada, se queda paralizada al contemplar aquel gigantesco Titán con gestos de terror en sus rostros.
Sin más esperarlo, el Titán Colosal con ayuda del Titán Blindado, de 15 metros de altura, provocan un enorme agujero en la pared: la Muralla Maria había sido destruída y por tanto, los demás Titanes no dudaron en adentrarse en ella y comenzar otra vez una nueva masacre.
Los soldados dedicados al exterminio de estos intentaban retrasar su paso mientras los civiles del distrito de Shiganshina se salvaban llevándolos en barco hasta el interior de la siguiente muralla: Rose; pero no todos consiguieron ponerse a salvo y murieron devorados por los Titanes.
Tras esta desastrosa batalla, muchos de los jóvenes que valerosamente no temían a estos gigantes, se alistaron como reclutas para poder llegar a ser parte de las tropas de la defensa de la Humanidad pasando por costosos y agotadores entrenamientos y siendo preparados para la exterminación de dichos seres que se apoderaban poco a poco de lo escasos humanos que permanecían en la Tierra.
Entraba el año 845. Tras 100 años de paz en el interior de estos muros, sonó inesperadamente una estruendosa explosión y entre una espesa capa de humo apareció el Titán Colosal, un gigante de 60 metros de altura que conseguía mirar por encima de la muralla y observar a los humanos de su interior. La gente, aterrorizada, se queda paralizada al contemplar aquel gigantesco Titán con gestos de terror en sus rostros.
Sin más esperarlo, el Titán Colosal con ayuda del Titán Blindado, de 15 metros de altura, provocan un enorme agujero en la pared: la Muralla Maria había sido destruída y por tanto, los demás Titanes no dudaron en adentrarse en ella y comenzar otra vez una nueva masacre.
Los soldados dedicados al exterminio de estos intentaban retrasar su paso mientras los civiles del distrito de Shiganshina se salvaban llevándolos en barco hasta el interior de la siguiente muralla: Rose; pero no todos consiguieron ponerse a salvo y murieron devorados por los Titanes.
Tras esta desastrosa batalla, muchos de los jóvenes que valerosamente no temían a estos gigantes, se alistaron como reclutas para poder llegar a ser parte de las tropas de la defensa de la Humanidad pasando por costosos y agotadores entrenamientos y siendo preparados para la exterminación de dichos seres que se apoderaban poco a poco de lo escasos humanos que permanecían en la Tierra.
